Council of Europe Convention on preventing and combating violence against women and domestic violence

Domestic violence against women is a rising phenomenon that knows no geographical boundary, age limit or colour bar, and affects every type of family relationship and social class. Statistics show that 12% to 15% of women in Europe face violence in the home every day. It is one of the most widespread violations of human rights worldwide, and must be combated.

Since the 1990s, the Council of Europe has actively promoted the protection of women and girls from gender-based violence, namely by adopting Recommendation (2002) 5 on the protection of women against violence and by running a Europe-wide campaign on violence against women, including domestic violence in 2006-2008.

The Council of Europe Convention on preventing and combating violence against women and domestic violence is the most far-reaching international treaty to tackle this serious violation of human rights. It aims at zero tolerance for such violence and is a major step forward in making Europe and beyond a safer place.

Preventing violence, protecting its victims and prosecuting the perpetrators are the cornerstones of the convention. It also seeks to change the hearts and minds of individuals by calling on all members of society, in particular men and boys, to change attitudes. In essence, it is a renewed call for greater equality between women and men, because violence against women is deeply rooted in the inequality between women and men in society and is perpetuated by a culture of tolerance and denial.

2022
Declaración de Marija Pejčinović Burić, secretaria general del Consejo de Europa
Secretaria general Estrasburgo 24 Noviembre 2022
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Ucrania: Debemos ayudar a las víctimas de la violencia sexual perpetrada por los soldados rusos

Nueve meses después del inicio de la guerra en Ucrania, cada vez leemos más informes sobre supuestos delitos de guerra, entre los que se incluye la violencia sexual contra las mujeres y las niñas. Lamentablemente, la historia se repite. La violación y otras formas de violencia sexual perpetradas por los combatientes durante un conflicto armado son tan antiguas como la propia guerra.

Por este motivo, este año conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) con un tinte amargo. Sin embargo, la extraordinaria asistencia ofrecida por muchos de nuestros Estados miembros a millones de personas desplazadas por la fuerza también nos da esperanza. El despliegue de ayuda de las autoridades nacionales y locales y los particulares es alentador. Entre los más de siete millones de refugiados hasta la fecha, el 90% son mujeres, niñas y niños, que son especialmente vulnerables a la violencia sexual y a la trata de de seres humanos. Para quienes ya han sufrido esos delitos, debemos redoblar nuestros esfuerzos para mejorar la asistencia que se les ofrece. Y deberíamos estar preparados para la asistencia en el futuro.

Las víctimas se enfrentan a horribles humillaciones y a multitud de riesgos, desde embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual hasta traumas psicológicos y físicos. Los hospitales y los médicos deben estar equipados para responder a las violaciones en el marco de una respuesta coordinada entre distintos organismos, y deben garantizarse los exámenes médicos y forenses, al igual que la asistencia a los traumas, tanto inmediata como a largo plazo. Las personas que sobreviven a la violencia de género entre los refugiados necesitan tener acceso a este tipo de ayuda y orientación en un idioma que entiendan y con el que se sientan cómodas.

Como se ha podido constatar en conflictos anteriores, será necesario contar con orientación especializada para abordar los traumas duraderos, a fin de reducir los estigmas y la victimización secundaria que puede desarrollarse a lo largo del tiempo. De hecho, la violencia sexual en las zonas de conflicto conlleva consecuencias inmediatas y a largo plazo, como se pone de manifiesto, por ejemplo, en los informes publicados este mes por el GREVIO, el órgano de expertos independientes del Consejo de Europa encargado de supervisar la aplicación del Convenio del Consejo de Europa sobre Prevención y Lucha contra la Violencia contra la Mujer y la Violencia Doméstica (conocido también como Convenio de Estambul).


 Declaración